martes, 16 de septiembre de 2008

Cómo llegó el hombre a América

Un poco de historia...

Todo parece indicar que los ancestros más inmediatos del hombre, habrían aparecido en nuestro planeta tierra hace "dos y medio millones de años". Las primeras huellas de su existencia se han encontrado en el continente africano, donde evolutivamente se separó de su antecesor, el "austrolopitecus". Se trata del genero "Homo", que ya con un cerebro de mayor tamaño y con la capacidad de construir herramientas, comenzó a dominar sobre las otras especies y extenderse por el continente. Este género incluye por lo menos a tres especies diferentes: el Homo habilis, el Homo erectus y el Homo sapiens. No se sabe si estas especies se sobrepusieron en el tiempo y espacio o fueron siendo reemplazadas unas por otras. El hecho es que las especies más evolucionadas fueron capaces de desplazarse desde Africa a otros continentes, como Asia y Europa.

El Homo sapiens probablemente vivió hasta hace 50 mil años, y desde allí la historia se confunde hasta llegar al hombre moderno actual, que paulatinamente fue colonizando Europa, Asia, China, Japón y Australia.

Todo parece indicar que este género Homo, nunca llegó a América, ya que geográficamente no era fácil debido a la separación de los océanos. Probablemente, en la época en que el movimiento de las placas tectónicas separó los continentes aún no existían los homos, ni los austrolopitecus, como para que hubiesen quedado en este continente.

Los arqueólogos creen que más tarde el hombre moderno, ya con sus habilidades desarrolladas, y con las capacidades de construir herramientas y armas, fue capaz de adaptarse a las duras e inhóspitas condiciones de Siberia, y desde allí, cuando los hielos polares avanzaron sobre el continente, creando un puente terrestre que permitio que bandas mongoloides entraran por el extremo norte a América. En lo que se conoce como la última interglaciación de Wisconsin.
Hace tiempo que los arqueólogos y estudiosos de la prehistoria se dieron cuenta que el continente "América", fue el último en ser poblado por la especie humana.

Por más de dos mil años, durante el Pleistoceno, en el extremo norte, Eurasia había estado unido con América, por un territorio que se llamó Beringia, un puente que ahora está sumergido bajo el mar (Estrecho de Bering). Así parece indicarlo al menos la semejanza de la flora y fauna que existe entre Siberia y Alaska.

Según esto, los primitivos pobladores de Alaska habrían migrado a través de Beringia, y desde allí habrían colonizado lentamente desplazándose hacia el sur en el continente americano. El paso habría estado condicionado tanto por condiciones climáticas favorables de un determinado momento, que lo convirtió en una pradera, como por las necesidades de seguir la caza del mamut, el bisonte, y una especie de caballo que allí entonces existía. Probablemente, rápido y simultáneamente cruzaron varios pequeños grupos, lo que explica que no hayan dejado huellas en su paso por este corrector (Frederick Had-leigh: American Beginning: The Prehistory and Paleoecology of Beringia. Editado por: University of Chicago Press. 1997).

Hace cuántos años atrás.....

Allí el análisis de los restos arqueológicos encontrados daban una data de 11.200 años, de modo que según ellos, los primeros colonizadores debieron haber cruzado aproximadamente hace 11.500 y 12.000 años.

Nuevamente nos sorprende la ciencia.

Sin embargo, las fechas se contradicen cuando se utilizan otros métodos que han ido desarrollando una nueva especialidad, "la paleoantropología". Uno de ellos es el análisis del "DNA mitocondrial". Como se sabe, normalmente el DNA está en el núcleo de nuestras células y en él se combina el DNA proveniente de la madre y del padre. Pero se ha descubierto otro DNA, que está en las mitocondrias (el lugar de las células donde se produce la energía), y éste proviene sólo de la madre, ya que lo aporta el óvulo y no el espermio. Cualquier cambio de él, que se trasmita de generación en generación, es sólo el resultado de mutaciones randomizadas. A su vez éstas suceden con mucha regularidad, a un ritmo de 2 a 4% por millones de años. De modo que el estudio del DNA mitocondrial y sus mutaciones se ha convertido para los investigadores en un verdadero reloj genético. De acuerdo a ello, conociendo el número de mutaciones que han ocurrido, se puede saber cuánto tiempo ha transcurrido hacia atrás, en que habría un ancestro común. Tad Schurr, del Emory University Laboratory of Genetics, ha examinado el DNA mitocondrial de varias generaciones de poblaciones nativas de América, contando las mutaciones del DNA en cada linaje para calcular el tiempo en que ellas comienzan a divergir a partir de un ancestro común. Sus resultados indican que los nativos de América pertenecen a cuatro distintos linajes, y que el momento común en que los primeros cruzaron Beringia, tendrían que haberlo hecho entre 21.000 y 42.000 años atrás (Discover, Octubre 1993, pág. 92). Otros estudios basados en el análisis de la evolución del lenguaje, en función del tiempo, señalan que por lo menos ha habido dos o tres migraciones diferentes y que los esquimales serían una de las más recientes (Science, Vol. 274, Noviembre 1996).

Otras Teorías

La llegada de el homre también puede haber sido por el sur de América. Esto supone que pueblos polinésicos a bordo de embarcaciones fabricadas de madera y juncos, atravesando el Océano Pacífico hubiese llegado a América (ello es lo que se ha tratado de demostrar recientemente en la travesía del barco de juncos desde la isla de Pascua, que desgraciadamente zozobró). Los que sostienen esta hipótesis, afirman que hay muchas semejanzas étnicas entre algunos pueblos de Oceanía y comunidades precolombinas. La hipótesis podría ser valedera en los últimos dos mil años, pero no hace 12 mil años, en el período neolítico, cuando las herramientas de que disponían eran muy primitivas y no se conocía nada de navegación. Una travesía a través del Pacífico, en aquella época era casi imposible.

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