AMIMITL
Era una divinidad azteca la cual calmaba las tempestades y protegía a los pescadores.
ANAHUAC
Dios de los muertos. nahua.
CAMAXTLI
Dios de la guerra de los tlascalanas, que estaban constantemente en oposición a los aztecas
de Méjico. Él fue para los guerreros de Tlascala prácticamente lo que Huitzilopochtli para
los de Méjico. Estaba estrechamente identificado con Mixcoatl y con el dios de la estrella
de la mañana, cuyos colores se veían en su cara y cuerno. Pero con toda probabilidad Camax-
tli era un dios de la caza, que en los últimos tiempos fue adoptado como dios de la guerra
debido a que poseía el dardo del relámpago, símbolo de la destreza guerrera divina. En la
mitología de Norteamérica encontramos dioses de la caza semejantes, quienes, a veces, se
convenían en dioses de la guerra por una razón parecida, y luego en dioses de la caza, que
tienen toda la apariencia y los atributos de las criaturas cazadas.
CENTEOTL
Es un grupo especial de Dioses que presidía la agricultura, personificaba cada uno de ellos
a uno u otro de los aspectos de la planta del maíz. La diosa principal del Maíz era Chico-
mecohuatl (siete serpientes), cuyo nombre aludía al poder fertilizante del agua, elemento
que los Aztecas simbolizaban por medio de la serpiente. Lo mismo que Xilonen, ella repre-
sentaba el xilote o mazorca verde. A ella estaba dedicado el cuarto mes del calendario az-
teca.
CALCHIUHTLICUE
Diosa del agua de los Náhualt, reinaba sobre lagos y ríos y compartía su poder con su espo-
so Tláloc; ambos fueron creados por los cuatro Tezcatlipocas, hijos de la divinidad dual
suprema. Su más célebre representación fue hallada en la Plaza de la Luna de Teotihuacán.
Era representada a menudo con la pequeña imagen de una rana. Su vestimenta era peculiar e
interesante. Alrededor del cuello llevaba un magnífico collar de piedras preciosas, de las
que colgaba un pendiente de oro. El nombre significa "señora del manto esmeralda", en alu-
sión al color del elemento sobre el que presidía la diosa. Era venerada especialmente por
los aguadores de Méjico y todos aquellos cuyo trabajo les tenía en contacto con el agua.
Era coronada con una diadema de papel azul decorada con plumas verdes. Las cejas eran de
turquesa, dispuestas como un mosaico, y su vestido era de un nebuloso color verde azulado,
que recordaba el color del agua de los mares de los trópicos. Su apariencia se resaltaba
con una aureola de flores marinas o plantas acuáticas y en la mano izquierda también lleva-
ba una, mientras que en la derecha llevaba un jarrón con una cruz en la parte superior, em-
blema de los cuatro puntos de la brújula, de donde viene la lluvia.
CHALCHITLICUE O CHALCHIUHTLICUE
Chalchitlicue es la diosa azteca de los rios, lagos y oceanos y compañera de
Tláloc. Su nombre significa: "la que tiene una falda de piedra verde".
font >CHICOMECóATL
Era la Diosa de las Cosechas, representada por el maíz, el alimento básico.
CHIHUACOATL O CIHUACOATL
Divinidad azteca, mitad serpiente y mitad mujer. Cihuacoatl fue la primera mujer en dar a
luz, considerada por ello protectora de los partos. En la leyenda, esta divinidad surge en
forma fantasmal para advertir sobre la destrucción del imperio de Moctezuma, tomando des-
pués como nombre popular el de La Llorona.
COATLICUE
Es una divinidad azteca, madre de los dioses y madre de Huitzilopochtli. Su nombre signi-
fica "La que tiene una falda de serpientes" y era representada como una madre que llevaba
un niño en sus brazos. Tomantzin que puede haber sido un aspecto de esta diosa o de Cihua-
cóatl (La Mujer Serpiente), tenía un templo en el Tepeyac, actualmente el asiento de la ca-
pilla de la Virgen de Guadalupe.
COYOXAUHQUI
Es una divinidad azteca. Símbolo de la luna. Se representa como una mujer desmembrada, ya
que su hermano Huitzilopochtli la arrojo, pues ella, junto con sus 400 hermanos, trató de
matar a su madre Coatlicue cuando ésta quedó embarazada de Huitzilopochtli (por medio de
una pluma).
EHECATL
Ehecatl es el dios azteca del viento. Es una de las representaciones de Quetzalcóatl.
HUEHUETEOTL O TATA O XIUHTECUTLI
Con estos tres diferentes nombres era conocido en México "El Dios del Fuego" (o dios vie-
jo). El primer nombre significaba "nuestro padre", el segundo "el mayor de los Dioses" y
el tercero "el señor del año". Está representado con el color del fuego, con la cara negra,
un tocado de plumas verdes y a la espalda una serpiente que representa la naturaleza ser-
penteante del fuego.
HUITZILOPOCHTLI O VISLIPUZLI
Dios de la guerra y las tempestades en la mitología azteca de cuando eran una tribu semino-
mada. En náhuatl su nombre significa "El Colibrí Hechicero" o "El Colibrí Izquierdo" o "el
que viene del sur" (en los mapas aztecas, el sur está a la izquierda, y es ahí donde se en-
contraba el paraíso). Su origen es oscuro, pero el mito referido a él es diferente en ori-
ginalidad y carácter: Cuenta cómo bajo la sombra de una montaña de Coatepec, cerca de la
ciudad Tolteca de Tollan, habitaba una piadosa viuda llamada Coatlicue, la madre tierra y
de la tribu de indios llamada Centzonuitznaua, y que tenía una hija de nombre Coyolxsauh-
qui; la madre diariamente subía a una pequeña colina con la intención de ofrecer oraciones
a los dioses con un espíritu penitente de piedad. Un día mientras rezaba, sorprendió una
bolita brillántemente coloreada con plumas cayéndole encima. Le gustó la brillante variedad
de colores y se la metió en el seno, con la intención de ofrecérselo al dios Sol. Algún
tiempo después se dió cuenta de que iba a tener otro hijo. Sus hijos, que eran 400, cuando
lo oyeron, la insultaron incitados por su hermana Coyolxsauhqui a humillarla de todas las
formas posibles.
Coatlicue vagó con miedo y ansiedad; pero el espíritu del aún no nacido bebé vino, le habló
y le dió palabras de aliento tranquilizando su turbulento corazón. Sus hijos, sin embargo,
decidieron borrar lo que consideraban un insulto para su raza matando a su madre, y acorda-
ron asesinarla. Se vistieron con atuendos propios de los guerreros y se colocaron el pelo
como para entrar en combate. Pero uno de ellos, Quauitlicac, se apiadó de ella y confesó la
deslealtad de sus hermanos al nonato Huitzilopochtli, que le dijo: "Oh, hermano, escucha
atentamente lo que te voy a decir. Estoy totalmente informado de lo que va a ocurrir". Con
la intención de asesinar a su madre, los indios fueron en su busca. A la cabeza iba la
hermana Coyolxsauhqui. Iban armados hasta los dientes y llevaban un fardo de dardos con los
que darían muerte a la desafortunada Coatlicue. Quauitlicac trepó a la montaña para avisar
a Huitzilopochtli, que ya habia nacido, de que sus hermanos se acercaban para matar a su
madre. "Dime exactamente dónde están", dijo el dios niño. "¿Hasta qué lugar han avanzado?",
"Hasta Tzompantitlan", Respondió Quauitlicac. Más tarde volvió a preguntar Huitzilopochtli:
"¿Dónde están ahora?", "En Coaxalco" y aún una vez más preguntó donde se encontraban. Des-
pués de un momento Quauitlicac informó a Huitzilopochtli que los Centzonuitznaua estaban
bajo el liderazgo de Coyolxsauhqui. Cuando llegaron los enemigos, salió Huitzilopochtli
blandiendo su escudo y una lanza de color azul. Él estaba pintado, tenía la cabeza tocada
con un penacho y la pierna izquierda cubierta de plumas. Destrozó a Coyolxsauhqui con un
destello de luz de serpiente y luego tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, con
lo que se convirtió en la luna, siendo Huitzilopochtli el sol. Luego dio caza a los Cent-
zonuitznaua, a los que persigió durante mucho rato. No intentaron defenderse. Muchos pere-
cieron en las aguas del lago contiguo, adonde se habían lanzado en su desesperación. Todos
murieron excepto unos pocos que se escaparon a un lugar llamado Uitzlampa, donde se rindie-
ron a Huitzilopochtli y le entregaron sus armas.
IXTLILTON
Ixtlilton (El Negrito) era el dios mejicano de la medicina y la curación y por esto se le
consideraba frecuentemente hermano de Macuilxochitl, el dios del bienestar y la buena suer-
te. Podemos concluir de la narración del aspecto general de su templo un edificio de tablo-
nes pintados que se había levantado partiendo de un tenderete primitivo o un albergue de un
médico o hechicero. Contenía varias jarras de agua llamadas tlilatl (agua negra), cuyo con-
tenido se administraba a los niños enfermos. Los padres de los niños que se beneficiaban
del tratamiento ofrecían una fiesta a la deidad, cuyo ídolo se traía a la residencia del
agradecido padre, donde se hacían bailes ceremoniales y oblaciones ante él. Se creía que
entonces Ixtlilton bajaba al patio para abrir las jarras frescas de licor de pulque, que se
habían preparado para la fiesta, y se acababa el entretenimiento con un examen que hacía el
esculapio azteca de las jarras de pulque dedicadas a su servicio, que debían permanecer en
el patio para su uso diario. Si estaban en unas condiciones sucias, se entendía que el pro-
pietario de la casa era un hombre de vida perniciosa, y el sacerdote lo presentaba con una
máscara para esconderle la cara de las burlas de los amigos.
IXTLILTON O TLALTETECUIN
En la mitología azteca Ixtlilton o Tlaltetecuin era un dios al que le hacían un oratorio de
tablas pintadas, como tabernáculo, donde estaba su imagen. En este oratorio o templo habían
muchos lebrillos y tinajas de agua , y todas estaban tapadas con tablas o comales; llamaban
a esta agua tlílatl (agua negra). Cuando algún niño se enfermaba, le llevaban al templo o
tabernáculo de este dios, y abrían una de aquellas tinajas y daban de beber al niño y con
ella sanaba; y cuando alguno quería hacer la fiesta de este dios, por su devoción llevaba a
su imagen a casa. Su imagen no era una pintura sino uno de los sátrapas que vestía de orna-
mento este dios.
IZPUZTEQUE
Demonio con espolones de gallo.
LLAMATECUHTLI
Es la diosa azteca de la vejez.
MACUILXOCHITL O XOCHIPILLI
Sus nombres significan: "Cinco flores" y "Origen de las flores" o "príncipe de las flores",
Es el dios del amor, la belleza, la danza, las flores, el maíz, las canciones y el patrón
de la buena suerte en el juego. Los Zapotecas lo representaban con un gráfico que recuerda
a una mariposa cerca de la boca y la cara coloreada parecida a un pájaro con el pico abier-
to y una cresta muy alta y erecta. La veneración de este dios parece que estaba muy exten-
dida. Su esposa era Mayahuel y su hermana gemela era Xochiquetzal.
MAYAUEL
Es la diosa representativa de la planta del Maguey. Sus cuatrocientos hijos estaban asocia-
dos con el pulque, el licor que se elabora de esta planta.
METZTLI O YOHUALTICITL
"Señora de la Noche": Es la diosa de la Luna, quien habitaba en los 9 cielos. Ella tenía en
realidad dos faces: Una de protección beneficiosa sobre las cosechas y promotora del creci-
miento en general, y otra que era portadora de humedad, frío y aires corruptos, fantasmas
misteriosos, formas de la turbia media luz de la noche y su sobrecogedor silencio.
MICTLANTECUHTLI
Mictlantecuhtli "Señor del Infierno" o de la Región de la Muerte, del reino de la maldad y
de las sombras, a donde acudían las almas de los hombres
después de su morada mortal. Llevaban, junto con su esposa
Mictlancihuatl máscaras hechas de c ráneos humanos y sus
ornamentos eran huesos humanos. Está representado en las
pinturas como un monstruo horrible con la boca enorme a la
que caían los espíritus de la muerte, tenia forma esquelé-
tica ya que la mitad de su carne se había caido de sus
huesos, su hígado hinchado se asomaba por una cavidad en su
estómago, de manos grandes que usaba para atacar a los
visitantes de su dominio, usaba sandalias porque es un
"Señor" ya que la gente común caminaba a pies pelado.
Su horrenda morada se conocía como Tlalxicco (el Ombligo
de la Tierra), pero los Aztecas por lo general creían que
estaba en el lejano Norte. El regía junto a su esposa el
mundo subterráneo, ejerciendo su soberanía sobre los "nueve
ríos subterráneos" y sobre las almas de los muertos. No
había ejercicio expiatorio, todo el que moría, a menos que
fuera en guerra o en sacrificio, en el parto o ahogado,
pasaba después de la muerte a su dominio: Mictlán.
MIXCOATL
Míxcoatl era el dios azteca de la caza y de las tempestades y era, probablemente, una dei-
dad de los otomi, aborígenes de Méjico. El nombre significa "serpiente de nube" y esto dio
origen a la idea de que Mixcoatl era la representación del torbellino tropical. Esto no es
del todo correcto, pues el dios de la caza se identifica con la tempestad y los nubarrones,
y el relámpago se supone que representa su flecha. Como muchos otros dioses de la caza, se
le representa con las características del ciervo o del conejo. Cuando se le representa
normalmente lleva un haz de flechas, para representar al rayo. Puede ser que Mixcoatl fuese
un dios del trueno entre los otomis, anterior en origen que Quetzalcoatl o Tezcatlipoca, y
que para que su inclusión en el panteón nahua se hiciese necesaria para calmar las suscep-
tibilidades nahuas, se le otorgaba la categoría de dios de la caza. Pero por otro lado, los
mejicanos, de forma diferente a los peruanos que adoptaron muchos dioses foráneos para pro-
pósitos políticos, tenían poca consideración los sentimientos de otras razas y sólo acepta-
ban dioses extranjeros en el culto nativo por alguna buena razón: la más probable, porque
les faltaba la figura en su propio sistema divino, o también por un temor a que cierto dios
foráneo pudiera forzarlos a adoptarlo como su propia esperanza para aplacarlo. Su vene-
ración por Quetzalcoatl es quizá un ejemplo de esto. Este dios simboliza también la Vía
Lactea.
NANAHUATL O NANAHUATZIN
"Pobre leproso" es el patrón de las enfermedades de la piel, como la lepra. Se pensaba que
las personas afectadas por este mal las apartaba la Luna para su servicio. En la lengua na-
hua, las palabras "leproso" y "eccematoso" también significan "divino". Se dice también que
Nanahuatzin fue el primer hombre en arrojarse en una hoguera (en Teotihuacan), convirtién-
dose en el sol, que iluminó la tierra, hasta entonces en tinieblas.
NEXTEPEHUA
El diablo que esparce nubes de ceniza.
OMACATL
Era el dios mejicano de la alegría y la diversión. El nombre significa "dos juncos". Era
venerado principalmente por los que vivían bien y por los ricos, que celebraban espléndidas
fiestas y orgías. El ídolo de la deidad se colocaba invariablemente en la cámara donde te-
nían lugar estos actos, y los aztecas consideraban una atroz ofensa si se representaba algo
despectivo al dios durante la alegre ceremonia, o si faltaba algo que tendría que haber es-
tado según acordaban en las reuniones. Creían que si al anfitrión se le pillaba en algún
descuido, Omacatl se le aparecería al asustado huésped y, en un tono de gran severidad, e-
charía una reprimenda al que daba la fiesta, haciéndole saber que no volvería a considerar-
lo como venerador y que, en lo sucesivo, lo abandonaría. Una terrible enfermedad, cuyos
síntomas eran mareos, se podía apoderar en poco tiempo de los invitados, pero como los sín-
tomas se relacionan con la indigestión aguda y otros trastornos gástricos, es probable que
los cocineros que ofrecían el homenaje al dios del buen humor tuvieran una veneración celo-
sa, en vez de indiferente. P ero la idea de comunión que subyace en muchos ritos mejicanos
entra indudablemente en la adoración a Omacatl, previo a un banquete en su honor en el que
tomaba parte, formado por un gran hueso de pasta de maíz, pretendiendo demostrar que era
uno de los huesos de la deidad que se llevaban a los alegres ritos. Ellos se lo comían mo-
jándolo con grandes tragos de pulque. El ídolo de Omacatl tenía un agujero en la zona del
estómago donde estas provisiones se almacenaban. Se le representaba como una figura rechon-
cha, pintada de blanco y negro, coronada con una diadema de papel, con papeles de colores
colgando. Una capa con franjas de flores y su cetro eran los otros símbolos de la realeza
que llevaba este Dioniso mejicano.
OMETECUTLI Y OMECIUATL
Los nahuas creían que Ometecutli y Omeciuatl eran el padre y la madre de los humanos en la
religión mexica. Los nombres significan "Señores de dualidad" o "Señores de los dos sexos".
También eran conocidos como Tonacatecutli y Tonacaciuatl (señor y señora de nuestro cuerpo
o de subsistencia). Eran representados como cielo y fuego y tierra y agua.
OMETOCHTLI
Venerado bajo la forma de un conejo, dios de la bebida y embriaguez. Los dioses jefes de
pulque (bebida mexicana) eran Patecatl y Tequechmecauiani, Quatlapanqui (el abrecabezas) y
Papaztac (el enervado). En general eran dioses del libertinaje y a ellos se sacrificaba a
los ebrios intoxicados.
OPOCHTLI
Opochtli (el de la mano izquierda) era el dios sagrado de los pescadores y los cazadores de
pájaros y formaba parte del grupo de compañeros de Tlaloc, los Tlaloques. Durante un perío-
do de la historia azteca fue una deidad de considerable importancia, pues, desde generacio-
nes, los aztecas habitaban en pantanos y dependían de la comida diaria a base de pescado de
los lagos y de pájaros de los juncos. Creían que el dios había inventado el arpón o el tri-
dente (minacachalli) y las redes para pescar peces y la caña y la malla para los pájaros.
Los pescadores y los cazadores de pájaros de Méjico celebraban fiestas en ocasiones espe-
ciales en honor a Opochtli, a cuyo licor (octli) y vino (pulcre) que ellos mismos utiliza-
ban. Se celebraba una procesión en la que desfilaban los mayores que se habían dedicado a
la adoración del dios, probablemente no habían tenido otros medios de subsistencia que la
que aportaban aquellos de los que era patrón y tutor. Se le representaba como un hombre
desnudo pintado de negro, con la cabeza decorada con plumas de codorniz y coronado por una
diadema de papel en forma de rosa. Iba revestido con un papel verde que le caía de la ro-
dilla y estaba calzado con sandalias blancas. En la mano izquierda llevaba un escudo pinta-
do de rojo con una flor blanca en el centro con cuatro pétalos colocados en forma de cruz y
en la mano derecha llevaba el cetro en forma de copa.
QUETZALCóATL
Deidad de las culturas de Mesoamérica, en especial de la cultura azteca, considerada por
algunos investigadores como la principal dentro del panteón de esta cultura prehispánica y
conocido como "Serpiente Emplumada". En Tenochtitlán hay abundantes pruebas del culto a una
serpiente emplumada, sólo que las crónicas hacen referencia a Xiuhcóatl, Serpiente de Fue-
go. Fue el Rey Máximo de donde se originaron los troncos de los diversos reinos (toltecas,
mexicanos, mayas, etc.). Es considerado como la versión del mesías para los mayas. Nace de
un pedernal en el día 9 viento del año 10 casa. Fue engendrado por los dioses creadores,
quienes le encargaron diferentes trabajos, como cargar el cielo, fundar dinastías, etc. Se
le atribuye haber fundado Chichén Itzá. Es el Dios de la Civilización y el planeta Venus,
siendo adorado extensamente bajo diferentes apariencias. Se le conoce con otros nombres:
"Kukulcan" en maya; "Xolotl", divinidad del inframundo; el término Quetzalcóatl se aplica
también a un dios barbado de máscara saliente, también llamado "Ehécatl", Dios del Viento;
en algunas partes de la zona Mixteca-Puebla y del valle, el Tezcatlipoca blanco tenía el
nombre de Uno Caña, el nombre de la fecha sinónimo de Quetzalcóatl. Los frailes se apodera-
ron de este mito como una prueba de que Santo Tomás, el apostol, había visitado Mexico y
convertido a sus pobladores, quienes después volvieron a las costumbres paganas.
TECCIZTECATL
Señor del caracol y dios azteca de la luna, personifica al misterioso Tezcatlipoca quien
significaba para los aztecas la misma providencia y presentaba el cielo nocturno en posi-
ción a Huitzilopochtli, que era el cielo nocturno encarnecido enemigo de Quetzalcóatl. Aca-
bó por reconciliarse con él para sostener el cielo Tezcatlipoca y acabó convirtiéndose en
el dios supremo.
TéOTL
Dios supremo azteca, que tenía la hegemonía sobre trece deidades superiores y unas doscien-
tas inferiores. Téotl era considerado como eterno e invisible, creador y sustentador del
mundo. Se le aplicaban por sobrenombre Tloque-Nahuaque (creador de todas las cosas) y tam-
bién Ipalneomani (ser por quien se vive). No fue representado en imagen.
TEPEYOLLOTL
Tepeyollotl significa "corazón de la montaña" y evidentemente, hace alusión al dios que los
nahuas relacionaban con los movimientos sísmicos y los terremotos. Probablemente de origen
Mixteca o Zapoteca. Tepeyollotl es la representación azteca del dios jaguar de los mayas.
TEZCATLIPOCA
Deidad mesoamericana del cielo nocturno y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del
hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las
batallas, omnipresente, fuerte e invisible. Dios a la vez
creador y a la vez destructor. Dios de la pureza y el
pecado. Inventor del fuego, patrón de los príncipes.
Entre los Toltecas, era un dios maléfico de la muerte,
que descendió del cielo a la tierra valiéndose de una
tela de araña, para destruir la obra de Quetzalcóatl, a
quién se le apareció bajo el aspecto de un viejo que le
ofreció el brebaje de la inmortalidad, pero éste era en
realidad una bebida enloquecedora. Entre los nahuas
(aztecas y otros pueblos de habla
náhuatl), Quetzalcoatl y Tezca-
tlipoca son deidades gemelas y al
mismo tiempo antagónicas. Quetzalcóatl es llamado también Tezcatli-
poca blanco en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro.
El espíritu del muerto debe presentarse a Tezcatlipoca vestido con
piel de ocelote, y desnudo con un yugo de madera al cuello, para
recibir la sentencia. Al muerto se le somete a unas pruebas que
preceden la entrada a la morada de la muerte, el reino de Mictlan,
y para que no se encuentre ante los peligros del viaje en una con-
dición de indefención, se le entrega un haz de jabalinas. Primero
pasa entre dos altas peñas, de donde se puede caer y estrellarse si
no puede escapar de ellas con habilidad. Luego una terrible ser-
piente se interpone en su sendero y, si vence a este monstruo, le
espera el feroz caimán Xochitonal. El desventurado espíritu deberá
atravesar ocho desiertos e igual número de montañas y habrá que
resistir un torbellino afilado como una espada, que puede cortar
hasta las más sólidas rocas.
Otra definicion dice: Dios del Sol, la más importante divinidad
de la región nahua, antagonista de Quetzalcóalt.
Este dios no solamente se aparecía como humano sino que también
como: mono, zorrillo, coyote, jaguar y ocelote.
TLACOTZONTLI
Tlacotzontli es una diosa azteca, protectora de los caminos. Para hacerla favorable, los
viajeros acudían ante ella sangrándose con ramas de espino.
TLACCULTETL
Tlacultetl es la diosa azteca de la belleza y del amor sensual.
TLALCHITONATIUH
Es un dios azteca que representa al sol bajo.
TLALHUIXCALPANTECUHTLI
En la mitología azteca Tlahuixcalpantecuhtli o Tlahuizcalpantecuhtli es el dios del colo-
rido sonrosado de la aurora. Como su nombre indica, Tlahuixcalpantecuhtli significa Señor
de la Estrella del Alba, es la personificación del lucero de la mañana, que es el planeta
Venus.
TLáLOC
Tláloc (a veces llamado Nuhualpilli) dios azteca de la lluvia y de la fertilidad. Es un an-
tiguo dios que se remonta a la época de los toltecas. Padre de los Tlalocs (nubes), que
provocan los distintos tipos de lluvia. Tlaloc regía el crecimiento y la vegetación. Se
sacrificaban anualmente muchas doncellas y niños ya que tenian a Tláloc como el responsable
de los periodos de sequía y de las lluvias torrenciales. Si los niños lloraban se tomaba
como buen augurio para la estación lluviosa. Tláloc se casó primero con Xochiquetzal, diosa
de las flores, pero Tezcatlipoca secuestró esta diosa. Tláloc se casó otra vez con Matlol-
cueitl. Tiene una hermana mayor que se llama Huixtocihuatl. Sus anteojeras, sus olmillos y
la voluta sobre sus labios hace que sea una figura fácil de reconocer.
TLALTECUHTLI
"Señor de la Tierra", era representado como un monstruo masculino de aspecto aterrador, y
compartía los atributos de un sapo y de un cocodrilo. Su boca abierta podía tragarse al sol
mismo, puesto que el sol poniente entraba en la tierra, de acuerdo con las ideas astronómi-
cas de los aztecas.
TLAZOLTEOTL
"Diosa de la inmundicia" o Tlaelquani, "Comedor de porquería", los aztecas la llamaban
diosa de la Tierra, porque erradicaba los pecados; los habitantes se confesaban con el
sacerdote para ser absueltos de sus faltas. El pecado se simbolizaba entre los aztecas como
excremento. La confesión solo cubría los pecados de inmortalidad. Pero si Tlazolteotl era
la diosa de la confesión, también era patrona del deseo y la lujuria. Era una sola diosa
cuyo principal oficio era la erradicación del pecado humano.
TLETONATIUH
Era uno de los cuatro soles aztecas. Es el "sol de fuego", bajo cuyo influjo los humanos
fueron exterminados por el fuego caído del cielo y transformados en diversos animales como:
perros, aves, etc.
TONACATCCUHTI Y TONACACíHUATL
Señor y señora de la subsistencia, quienes realizaban las funciones de paternidad y origen
de otras divinidades.
TONATIUH
Tonatiuh era el dios azteca de las tempestades. Protegía a los navegantes. Era el sol per-
sonificado, el dios sol, señor celeste, el culto solar estaba más asociado con la expresión
activa de la religión azteca. Se rendía culto diariamente al aparecer.
XILONEN
Era la diosa azteca del maíz (Madre del Maíz Tierno), y Xochiquetzal (Pájaro Flor), eran
los espíritus personificados del nuevo crecimiento, de la juventud y de los juegos, y te-
nían como contrapartida masculina a dioses como Cintéotl (Dios del Maíz), Xochipilli (Prín-
cipe Flor), y Macuilxóchitl. Era venerada particularmente por los huaxtecos.
XIPETOTEC
"El Desollador", simboliza la primavera y representa el nuevo verdor con que la tierra se
atavía cada año. Ampliamente adorado en todo México y representado en las figuras con piel
humana desollada. En su festival "El hombre desollado", se les arranca la piel a las vícti-
mas y se vestían con ella los sacerdotes y devotos del dios los siguientes 20 días.
XIUHTECUHTLI O XUO TECUTL
Dios azteca del fuego. Conmemoraban su muerte los años bisiestos, en los cuales se encendía
el fuego sagrado y se inmolaba a un cautivo ataviado con el ropaje del dios. Se le repre-
sentaba bajo el aspecto de un hombre anciano.
XOCHIPILLI
(Ver Macuilxochitl).
XOCHITONAL
Caimán del reino de los muertos. Debe ser vencido por el espíritu del muerto que va a en-
contrarse con el Señor de los muertos.
XOCHIQUETZAL
Su nombre significa "pájaro flor" o "flor bella", y es la diosa de las flores. Es una diosa
relacionada con la fertilidad de la naturaleza y quizás por ello se le representa como hija
de Centeotl. Su esposo era Ixotecutli, el dios de la libertad.
XOLOTL
Es el dios azteca de las venganzas. Es un doble dios, monstruo, representa tanto el fuego
que cae del cielo como la luz ascendente de las llamas. Es parecido a Nanahuatl y aparece
como el representante del sacrificio humano. Sufrió diversas metamorfosis y acabó muerto
bajo la forma de un pez llamado "axolotl". Se le representaba como un esqueleto.
YACATECULTI
Yacatecutli era el patrón de los viajeros de la clase mercantil, que lo adoraban colocando
sus bastones juntos y salpicando con un montón de sangre de sus narices y orejas. El bastón
del viajero era su símbolo, al que se le hacía una oración y se le ofrecían flores e in-
cienso.
YOHUALTECUHTLI
Yohualtecuhtli era la diosa azteca de la noche, y protegía el sueño de los niños.
ANAHUAC
Dios de los muertos. nahua.
CAMAXTLI
Dios de la guerra de los tlascalanas, que estaban constantemente en oposición a los aztecas
de Méjico. Él fue para los guerreros de Tlascala prácticamente lo que Huitzilopochtli para
los de Méjico. Estaba estrechamente identificado con Mixcoatl y con el dios de la estrella
de la mañana, cuyos colores se veían en su cara y cuerno. Pero con toda probabilidad Camax-
tli era un dios de la caza, que en los últimos tiempos fue adoptado como dios de la guerra
debido a que poseía el dardo del relámpago, símbolo de la destreza guerrera divina. En la
mitología de Norteamérica encontramos dioses de la caza semejantes, quienes, a veces, se
convenían en dioses de la guerra por una razón parecida, y luego en dioses de la caza, que
tienen toda la apariencia y los atributos de las criaturas cazadas.
CENTEOTL
Es un grupo especial de Dioses que presidía la agricultura, personificaba cada uno de ellos
a uno u otro de los aspectos de la planta del maíz. La diosa principal del Maíz era Chico-
mecohuatl (siete serpientes), cuyo nombre aludía al poder fertilizante del agua, elemento
que los Aztecas simbolizaban por medio de la serpiente. Lo mismo que Xilonen, ella repre-
sentaba el xilote o mazorca verde. A ella estaba dedicado el cuarto mes del calendario az-
teca.
CALCHIUHTLICUE
Diosa del agua de los Náhualt, reinaba sobre lagos y ríos y compartía su poder con su espo-
so Tláloc; ambos fueron creados por los cuatro Tezcatlipocas, hijos de la divinidad dual
suprema. Su más célebre representación fue hallada en la Plaza de la Luna de Teotihuacán.
Era representada a menudo con la pequeña imagen de una rana. Su vestimenta era peculiar e
interesante. Alrededor del cuello llevaba un magnífico collar de piedras preciosas, de las
que colgaba un pendiente de oro. El nombre significa "señora del manto esmeralda", en alu-
sión al color del elemento sobre el que presidía la diosa. Era venerada especialmente por
los aguadores de Méjico y todos aquellos cuyo trabajo les tenía en contacto con el agua.
Era coronada con una diadema de papel azul decorada con plumas verdes. Las cejas eran de
turquesa, dispuestas como un mosaico, y su vestido era de un nebuloso color verde azulado,
que recordaba el color del agua de los mares de los trópicos. Su apariencia se resaltaba
con una aureola de flores marinas o plantas acuáticas y en la mano izquierda también lleva-
ba una, mientras que en la derecha llevaba un jarrón con una cruz en la parte superior, em-
blema de los cuatro puntos de la brújula, de donde viene la lluvia.
CHALCHITLICUE O CHALCHIUHTLICUE
Chalchitlicue es la diosa azteca de los rios, lagos y oceanos y compañera de
Tláloc. Su nombre significa: "la que tiene una falda de piedra verde".
font >CHICOMECóATL
Era la Diosa de las Cosechas, representada por el maíz, el alimento básico.
CHIHUACOATL O CIHUACOATL
Divinidad azteca, mitad serpiente y mitad mujer. Cihuacoatl fue la primera mujer en dar a
luz, considerada por ello protectora de los partos. En la leyenda, esta divinidad surge en
forma fantasmal para advertir sobre la destrucción del imperio de Moctezuma, tomando des-
pués como nombre popular el de La Llorona.
COATLICUE
Es una divinidad azteca, madre de los dioses y madre de Huitzilopochtli. Su nombre signi-
fica "La que tiene una falda de serpientes" y era representada como una madre que llevaba
un niño en sus brazos. Tomantzin que puede haber sido un aspecto de esta diosa o de Cihua-
cóatl (La Mujer Serpiente), tenía un templo en el Tepeyac, actualmente el asiento de la ca-
pilla de la Virgen de Guadalupe.
COYOXAUHQUI
Es una divinidad azteca. Símbolo de la luna. Se representa como una mujer desmembrada, ya
que su hermano Huitzilopochtli la arrojo, pues ella, junto con sus 400 hermanos, trató de
matar a su madre Coatlicue cuando ésta quedó embarazada de Huitzilopochtli (por medio de
una pluma).
EHECATL
Ehecatl es el dios azteca del viento. Es una de las representaciones de Quetzalcóatl.
HUEHUETEOTL O TATA O XIUHTECUTLI
Con estos tres diferentes nombres era conocido en México "El Dios del Fuego" (o dios vie-
jo). El primer nombre significaba "nuestro padre", el segundo "el mayor de los Dioses" y
el tercero "el señor del año". Está representado con el color del fuego, con la cara negra,
un tocado de plumas verdes y a la espalda una serpiente que representa la naturaleza ser-
penteante del fuego.
HUITZILOPOCHTLI O VISLIPUZLI
Dios de la guerra y las tempestades en la mitología azteca de cuando eran una tribu semino-
mada. En náhuatl su nombre significa "El Colibrí Hechicero" o "El Colibrí Izquierdo" o "el
que viene del sur" (en los mapas aztecas, el sur está a la izquierda, y es ahí donde se en-
contraba el paraíso). Su origen es oscuro, pero el mito referido a él es diferente en ori-
ginalidad y carácter: Cuenta cómo bajo la sombra de una montaña de Coatepec, cerca de la
ciudad Tolteca de Tollan, habitaba una piadosa viuda llamada Coatlicue, la madre tierra y
de la tribu de indios llamada Centzonuitznaua, y que tenía una hija de nombre Coyolxsauh-
qui; la madre diariamente subía a una pequeña colina con la intención de ofrecer oraciones
a los dioses con un espíritu penitente de piedad. Un día mientras rezaba, sorprendió una
bolita brillántemente coloreada con plumas cayéndole encima. Le gustó la brillante variedad
de colores y se la metió en el seno, con la intención de ofrecérselo al dios Sol. Algún
tiempo después se dió cuenta de que iba a tener otro hijo. Sus hijos, que eran 400, cuando
lo oyeron, la insultaron incitados por su hermana Coyolxsauhqui a humillarla de todas las
formas posibles.
Coatlicue vagó con miedo y ansiedad; pero el espíritu del aún no nacido bebé vino, le habló
y le dió palabras de aliento tranquilizando su turbulento corazón. Sus hijos, sin embargo,
decidieron borrar lo que consideraban un insulto para su raza matando a su madre, y acorda-
ron asesinarla. Se vistieron con atuendos propios de los guerreros y se colocaron el pelo
como para entrar en combate. Pero uno de ellos, Quauitlicac, se apiadó de ella y confesó la
deslealtad de sus hermanos al nonato Huitzilopochtli, que le dijo: "Oh, hermano, escucha
atentamente lo que te voy a decir. Estoy totalmente informado de lo que va a ocurrir". Con
la intención de asesinar a su madre, los indios fueron en su busca. A la cabeza iba la
hermana Coyolxsauhqui. Iban armados hasta los dientes y llevaban un fardo de dardos con los
que darían muerte a la desafortunada Coatlicue. Quauitlicac trepó a la montaña para avisar
a Huitzilopochtli, que ya habia nacido, de que sus hermanos se acercaban para matar a su
madre. "Dime exactamente dónde están", dijo el dios niño. "¿Hasta qué lugar han avanzado?",
"Hasta Tzompantitlan", Respondió Quauitlicac. Más tarde volvió a preguntar Huitzilopochtli:
"¿Dónde están ahora?", "En Coaxalco" y aún una vez más preguntó donde se encontraban. Des-
pués de un momento Quauitlicac informó a Huitzilopochtli que los Centzonuitznaua estaban
bajo el liderazgo de Coyolxsauhqui. Cuando llegaron los enemigos, salió Huitzilopochtli
blandiendo su escudo y una lanza de color azul. Él estaba pintado, tenía la cabeza tocada
con un penacho y la pierna izquierda cubierta de plumas. Destrozó a Coyolxsauhqui con un
destello de luz de serpiente y luego tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, con
lo que se convirtió en la luna, siendo Huitzilopochtli el sol. Luego dio caza a los Cent-
zonuitznaua, a los que persigió durante mucho rato. No intentaron defenderse. Muchos pere-
cieron en las aguas del lago contiguo, adonde se habían lanzado en su desesperación. Todos
murieron excepto unos pocos que se escaparon a un lugar llamado Uitzlampa, donde se rindie-
ron a Huitzilopochtli y le entregaron sus armas.
IXTLILTON
Ixtlilton (El Negrito) era el dios mejicano de la medicina y la curación y por esto se le
consideraba frecuentemente hermano de Macuilxochitl, el dios del bienestar y la buena suer-
te. Podemos concluir de la narración del aspecto general de su templo un edificio de tablo-
nes pintados que se había levantado partiendo de un tenderete primitivo o un albergue de un
médico o hechicero. Contenía varias jarras de agua llamadas tlilatl (agua negra), cuyo con-
tenido se administraba a los niños enfermos. Los padres de los niños que se beneficiaban
del tratamiento ofrecían una fiesta a la deidad, cuyo ídolo se traía a la residencia del
agradecido padre, donde se hacían bailes ceremoniales y oblaciones ante él. Se creía que
entonces Ixtlilton bajaba al patio para abrir las jarras frescas de licor de pulque, que se
habían preparado para la fiesta, y se acababa el entretenimiento con un examen que hacía el
esculapio azteca de las jarras de pulque dedicadas a su servicio, que debían permanecer en
el patio para su uso diario. Si estaban en unas condiciones sucias, se entendía que el pro-
pietario de la casa era un hombre de vida perniciosa, y el sacerdote lo presentaba con una
máscara para esconderle la cara de las burlas de los amigos.
IXTLILTON O TLALTETECUIN
En la mitología azteca Ixtlilton o Tlaltetecuin era un dios al que le hacían un oratorio de
tablas pintadas, como tabernáculo, donde estaba su imagen. En este oratorio o templo habían
muchos lebrillos y tinajas de agua , y todas estaban tapadas con tablas o comales; llamaban
a esta agua tlílatl (agua negra). Cuando algún niño se enfermaba, le llevaban al templo o
tabernáculo de este dios, y abrían una de aquellas tinajas y daban de beber al niño y con
ella sanaba; y cuando alguno quería hacer la fiesta de este dios, por su devoción llevaba a
su imagen a casa. Su imagen no era una pintura sino uno de los sátrapas que vestía de orna-
mento este dios.
IZPUZTEQUE
Demonio con espolones de gallo.
LLAMATECUHTLI
Es la diosa azteca de la vejez.
MACUILXOCHITL O XOCHIPILLI
Sus nombres significan: "Cinco flores" y "Origen de las flores" o "príncipe de las flores",
Es el dios del amor, la belleza, la danza, las flores, el maíz, las canciones y el patrón
de la buena suerte en el juego. Los Zapotecas lo representaban con un gráfico que recuerda
a una mariposa cerca de la boca y la cara coloreada parecida a un pájaro con el pico abier-
to y una cresta muy alta y erecta. La veneración de este dios parece que estaba muy exten-
dida. Su esposa era Mayahuel y su hermana gemela era Xochiquetzal.
MAYAUEL
Es la diosa representativa de la planta del Maguey. Sus cuatrocientos hijos estaban asocia-
dos con el pulque, el licor que se elabora de esta planta.
METZTLI O YOHUALTICITL
"Señora de la Noche": Es la diosa de la Luna, quien habitaba en los 9 cielos. Ella tenía en
realidad dos faces: Una de protección beneficiosa sobre las cosechas y promotora del creci-
miento en general, y otra que era portadora de humedad, frío y aires corruptos, fantasmas
misteriosos, formas de la turbia media luz de la noche y su sobrecogedor silencio.
MICTLANTECUHTLI
Mictlantecuhtli "Señor del Infierno" o de la Región de la Muerte, del reino de la maldad y
de las sombras, a donde acudían las almas de los hombres
después de su morada mortal. Llevaban, junto con su esposa
Mictlancihuatl máscaras hechas de c ráneos humanos y sus
ornamentos eran huesos humanos. Está representado en las
pinturas como un monstruo horrible con la boca enorme a la
que caían los espíritus de la muerte, tenia forma esquelé-
tica ya que la mitad de su carne se había caido de sus
huesos, su hígado hinchado se asomaba por una cavidad en su
estómago, de manos grandes que usaba para atacar a los
visitantes de su dominio, usaba sandalias porque es un
"Señor" ya que la gente común caminaba a pies pelado.
Su horrenda morada se conocía como Tlalxicco (el Ombligo
de la Tierra), pero los Aztecas por lo general creían que
estaba en el lejano Norte. El regía junto a su esposa el
mundo subterráneo, ejerciendo su soberanía sobre los "nueve
ríos subterráneos" y sobre las almas de los muertos. No
había ejercicio expiatorio, todo el que moría, a menos que
fuera en guerra o en sacrificio, en el parto o ahogado,
pasaba después de la muerte a su dominio: Mictlán.
MIXCOATL
Míxcoatl era el dios azteca de la caza y de las tempestades y era, probablemente, una dei-
dad de los otomi, aborígenes de Méjico. El nombre significa "serpiente de nube" y esto dio
origen a la idea de que Mixcoatl era la representación del torbellino tropical. Esto no es
del todo correcto, pues el dios de la caza se identifica con la tempestad y los nubarrones,
y el relámpago se supone que representa su flecha. Como muchos otros dioses de la caza, se
le representa con las características del ciervo o del conejo. Cuando se le representa
normalmente lleva un haz de flechas, para representar al rayo. Puede ser que Mixcoatl fuese
un dios del trueno entre los otomis, anterior en origen que Quetzalcoatl o Tezcatlipoca, y
que para que su inclusión en el panteón nahua se hiciese necesaria para calmar las suscep-
tibilidades nahuas, se le otorgaba la categoría de dios de la caza. Pero por otro lado, los
mejicanos, de forma diferente a los peruanos que adoptaron muchos dioses foráneos para pro-
pósitos políticos, tenían poca consideración los sentimientos de otras razas y sólo acepta-
ban dioses extranjeros en el culto nativo por alguna buena razón: la más probable, porque
les faltaba la figura en su propio sistema divino, o también por un temor a que cierto dios
foráneo pudiera forzarlos a adoptarlo como su propia esperanza para aplacarlo. Su vene-
ración por Quetzalcoatl es quizá un ejemplo de esto. Este dios simboliza también la Vía
Lactea.
NANAHUATL O NANAHUATZIN
"Pobre leproso" es el patrón de las enfermedades de la piel, como la lepra. Se pensaba que
las personas afectadas por este mal las apartaba la Luna para su servicio. En la lengua na-
hua, las palabras "leproso" y "eccematoso" también significan "divino". Se dice también que
Nanahuatzin fue el primer hombre en arrojarse en una hoguera (en Teotihuacan), convirtién-
dose en el sol, que iluminó la tierra, hasta entonces en tinieblas.
NEXTEPEHUA
El diablo que esparce nubes de ceniza.
OMACATL
Era el dios mejicano de la alegría y la diversión. El nombre significa "dos juncos". Era
venerado principalmente por los que vivían bien y por los ricos, que celebraban espléndidas
fiestas y orgías. El ídolo de la deidad se colocaba invariablemente en la cámara donde te-
nían lugar estos actos, y los aztecas consideraban una atroz ofensa si se representaba algo
despectivo al dios durante la alegre ceremonia, o si faltaba algo que tendría que haber es-
tado según acordaban en las reuniones. Creían que si al anfitrión se le pillaba en algún
descuido, Omacatl se le aparecería al asustado huésped y, en un tono de gran severidad, e-
charía una reprimenda al que daba la fiesta, haciéndole saber que no volvería a considerar-
lo como venerador y que, en lo sucesivo, lo abandonaría. Una terrible enfermedad, cuyos
síntomas eran mareos, se podía apoderar en poco tiempo de los invitados, pero como los sín-
tomas se relacionan con la indigestión aguda y otros trastornos gástricos, es probable que
los cocineros que ofrecían el homenaje al dios del buen humor tuvieran una veneración celo-
sa, en vez de indiferente. P ero la idea de comunión que subyace en muchos ritos mejicanos
entra indudablemente en la adoración a Omacatl, previo a un banquete en su honor en el que
tomaba parte, formado por un gran hueso de pasta de maíz, pretendiendo demostrar que era
uno de los huesos de la deidad que se llevaban a los alegres ritos. Ellos se lo comían mo-
jándolo con grandes tragos de pulque. El ídolo de Omacatl tenía un agujero en la zona del
estómago donde estas provisiones se almacenaban. Se le representaba como una figura rechon-
cha, pintada de blanco y negro, coronada con una diadema de papel, con papeles de colores
colgando. Una capa con franjas de flores y su cetro eran los otros símbolos de la realeza
que llevaba este Dioniso mejicano.
OMETECUTLI Y OMECIUATL
Los nahuas creían que Ometecutli y Omeciuatl eran el padre y la madre de los humanos en la
religión mexica. Los nombres significan "Señores de dualidad" o "Señores de los dos sexos".
También eran conocidos como Tonacatecutli y Tonacaciuatl (señor y señora de nuestro cuerpo
o de subsistencia). Eran representados como cielo y fuego y tierra y agua.
OMETOCHTLI
Venerado bajo la forma de un conejo, dios de la bebida y embriaguez. Los dioses jefes de
pulque (bebida mexicana) eran Patecatl y Tequechmecauiani, Quatlapanqui (el abrecabezas) y
Papaztac (el enervado). En general eran dioses del libertinaje y a ellos se sacrificaba a
los ebrios intoxicados.
OPOCHTLI
Opochtli (el de la mano izquierda) era el dios sagrado de los pescadores y los cazadores de
pájaros y formaba parte del grupo de compañeros de Tlaloc, los Tlaloques. Durante un perío-
do de la historia azteca fue una deidad de considerable importancia, pues, desde generacio-
nes, los aztecas habitaban en pantanos y dependían de la comida diaria a base de pescado de
los lagos y de pájaros de los juncos. Creían que el dios había inventado el arpón o el tri-
dente (minacachalli) y las redes para pescar peces y la caña y la malla para los pájaros.
Los pescadores y los cazadores de pájaros de Méjico celebraban fiestas en ocasiones espe-
ciales en honor a Opochtli, a cuyo licor (octli) y vino (pulcre) que ellos mismos utiliza-
ban. Se celebraba una procesión en la que desfilaban los mayores que se habían dedicado a
la adoración del dios, probablemente no habían tenido otros medios de subsistencia que la
que aportaban aquellos de los que era patrón y tutor. Se le representaba como un hombre
desnudo pintado de negro, con la cabeza decorada con plumas de codorniz y coronado por una
diadema de papel en forma de rosa. Iba revestido con un papel verde que le caía de la ro-
dilla y estaba calzado con sandalias blancas. En la mano izquierda llevaba un escudo pinta-
do de rojo con una flor blanca en el centro con cuatro pétalos colocados en forma de cruz y
en la mano derecha llevaba el cetro en forma de copa.
QUETZALCóATL
Deidad de las culturas de Mesoamérica, en especial de la cultura azteca, considerada por
algunos investigadores como la principal dentro del panteón de esta cultura prehispánica y
conocido como "Serpiente Emplumada". En Tenochtitlán hay abundantes pruebas del culto a una
serpiente emplumada, sólo que las crónicas hacen referencia a Xiuhcóatl, Serpiente de Fue-
go. Fue el Rey Máximo de donde se originaron los troncos de los diversos reinos (toltecas,
mexicanos, mayas, etc.). Es considerado como la versión del mesías para los mayas. Nace de
un pedernal en el día 9 viento del año 10 casa. Fue engendrado por los dioses creadores,
quienes le encargaron diferentes trabajos, como cargar el cielo, fundar dinastías, etc. Se
le atribuye haber fundado Chichén Itzá. Es el Dios de la Civilización y el planeta Venus,
siendo adorado extensamente bajo diferentes apariencias. Se le conoce con otros nombres:
"Kukulcan" en maya; "Xolotl", divinidad del inframundo; el término Quetzalcóatl se aplica
también a un dios barbado de máscara saliente, también llamado "Ehécatl", Dios del Viento;
en algunas partes de la zona Mixteca-Puebla y del valle, el Tezcatlipoca blanco tenía el
nombre de Uno Caña, el nombre de la fecha sinónimo de Quetzalcóatl. Los frailes se apodera-
ron de este mito como una prueba de que Santo Tomás, el apostol, había visitado Mexico y
convertido a sus pobladores, quienes después volvieron a las costumbres paganas.
TECCIZTECATL
Señor del caracol y dios azteca de la luna, personifica al misterioso Tezcatlipoca quien
significaba para los aztecas la misma providencia y presentaba el cielo nocturno en posi-
ción a Huitzilopochtli, que era el cielo nocturno encarnecido enemigo de Quetzalcóatl. Aca-
bó por reconciliarse con él para sostener el cielo Tezcatlipoca y acabó convirtiéndose en
el dios supremo.
TéOTL
Dios supremo azteca, que tenía la hegemonía sobre trece deidades superiores y unas doscien-
tas inferiores. Téotl era considerado como eterno e invisible, creador y sustentador del
mundo. Se le aplicaban por sobrenombre Tloque-Nahuaque (creador de todas las cosas) y tam-
bién Ipalneomani (ser por quien se vive). No fue representado en imagen.
TEPEYOLLOTL
Tepeyollotl significa "corazón de la montaña" y evidentemente, hace alusión al dios que los
nahuas relacionaban con los movimientos sísmicos y los terremotos. Probablemente de origen
Mixteca o Zapoteca. Tepeyollotl es la representación azteca del dios jaguar de los mayas.
TEZCATLIPOCA
Deidad mesoamericana del cielo nocturno y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del
hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las
batallas, omnipresente, fuerte e invisible. Dios a la vez
creador y a la vez destructor. Dios de la pureza y el
pecado. Inventor del fuego, patrón de los príncipes.
Entre los Toltecas, era un dios maléfico de la muerte,
que descendió del cielo a la tierra valiéndose de una
tela de araña, para destruir la obra de Quetzalcóatl, a
quién se le apareció bajo el aspecto de un viejo que le
ofreció el brebaje de la inmortalidad, pero éste era en
realidad una bebida enloquecedora. Entre los nahuas
(aztecas y otros pueblos de habla
náhuatl), Quetzalcoatl y Tezca-
tlipoca son deidades gemelas y al
mismo tiempo antagónicas. Quetzalcóatl es llamado también Tezcatli-
poca blanco en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro.
El espíritu del muerto debe presentarse a Tezcatlipoca vestido con
piel de ocelote, y desnudo con un yugo de madera al cuello, para
recibir la sentencia. Al muerto se le somete a unas pruebas que
preceden la entrada a la morada de la muerte, el reino de Mictlan,
y para que no se encuentre ante los peligros del viaje en una con-
dición de indefención, se le entrega un haz de jabalinas. Primero
pasa entre dos altas peñas, de donde se puede caer y estrellarse si
no puede escapar de ellas con habilidad. Luego una terrible ser-
piente se interpone en su sendero y, si vence a este monstruo, le
espera el feroz caimán Xochitonal. El desventurado espíritu deberá
atravesar ocho desiertos e igual número de montañas y habrá que
resistir un torbellino afilado como una espada, que puede cortar
hasta las más sólidas rocas.
Otra definicion dice: Dios del Sol, la más importante divinidad
de la región nahua, antagonista de Quetzalcóalt.
Este dios no solamente se aparecía como humano sino que también
como: mono, zorrillo, coyote, jaguar y ocelote.
TLACOTZONTLI
Tlacotzontli es una diosa azteca, protectora de los caminos. Para hacerla favorable, los
viajeros acudían ante ella sangrándose con ramas de espino.
TLACCULTETL
Tlacultetl es la diosa azteca de la belleza y del amor sensual.
TLALCHITONATIUH
Es un dios azteca que representa al sol bajo.
TLALHUIXCALPANTECUHTLI
En la mitología azteca Tlahuixcalpantecuhtli o Tlahuizcalpantecuhtli es el dios del colo-
rido sonrosado de la aurora. Como su nombre indica, Tlahuixcalpantecuhtli significa Señor
de la Estrella del Alba, es la personificación del lucero de la mañana, que es el planeta
Venus.
TLáLOC
Tláloc (a veces llamado Nuhualpilli) dios azteca de la lluvia y de la fertilidad. Es un an-
tiguo dios que se remonta a la época de los toltecas. Padre de los Tlalocs (nubes), que
provocan los distintos tipos de lluvia. Tlaloc regía el crecimiento y la vegetación. Se
sacrificaban anualmente muchas doncellas y niños ya que tenian a Tláloc como el responsable
de los periodos de sequía y de las lluvias torrenciales. Si los niños lloraban se tomaba
como buen augurio para la estación lluviosa. Tláloc se casó primero con Xochiquetzal, diosa
de las flores, pero Tezcatlipoca secuestró esta diosa. Tláloc se casó otra vez con Matlol-
cueitl. Tiene una hermana mayor que se llama Huixtocihuatl. Sus anteojeras, sus olmillos y
la voluta sobre sus labios hace que sea una figura fácil de reconocer.
TLALTECUHTLI
"Señor de la Tierra", era representado como un monstruo masculino de aspecto aterrador, y
compartía los atributos de un sapo y de un cocodrilo. Su boca abierta podía tragarse al sol
mismo, puesto que el sol poniente entraba en la tierra, de acuerdo con las ideas astronómi-
cas de los aztecas.
TLAZOLTEOTL
"Diosa de la inmundicia" o Tlaelquani, "Comedor de porquería", los aztecas la llamaban
diosa de la Tierra, porque erradicaba los pecados; los habitantes se confesaban con el
sacerdote para ser absueltos de sus faltas. El pecado se simbolizaba entre los aztecas como
excremento. La confesión solo cubría los pecados de inmortalidad. Pero si Tlazolteotl era
la diosa de la confesión, también era patrona del deseo y la lujuria. Era una sola diosa
cuyo principal oficio era la erradicación del pecado humano.
TLETONATIUH
Era uno de los cuatro soles aztecas. Es el "sol de fuego", bajo cuyo influjo los humanos
fueron exterminados por el fuego caído del cielo y transformados en diversos animales como:
perros, aves, etc.
TONACATCCUHTI Y TONACACíHUATL
Señor y señora de la subsistencia, quienes realizaban las funciones de paternidad y origen
de otras divinidades.
TONATIUH
Tonatiuh era el dios azteca de las tempestades. Protegía a los navegantes. Era el sol per-
sonificado, el dios sol, señor celeste, el culto solar estaba más asociado con la expresión
activa de la religión azteca. Se rendía culto diariamente al aparecer.
XILONEN
Era la diosa azteca del maíz (Madre del Maíz Tierno), y Xochiquetzal (Pájaro Flor), eran
los espíritus personificados del nuevo crecimiento, de la juventud y de los juegos, y te-
nían como contrapartida masculina a dioses como Cintéotl (Dios del Maíz), Xochipilli (Prín-
cipe Flor), y Macuilxóchitl. Era venerada particularmente por los huaxtecos.
XIPETOTEC
"El Desollador", simboliza la primavera y representa el nuevo verdor con que la tierra se
atavía cada año. Ampliamente adorado en todo México y representado en las figuras con piel
humana desollada. En su festival "El hombre desollado", se les arranca la piel a las vícti-
mas y se vestían con ella los sacerdotes y devotos del dios los siguientes 20 días.
XIUHTECUHTLI O XUO TECUTL
Dios azteca del fuego. Conmemoraban su muerte los años bisiestos, en los cuales se encendía
el fuego sagrado y se inmolaba a un cautivo ataviado con el ropaje del dios. Se le repre-
sentaba bajo el aspecto de un hombre anciano.
XOCHIPILLI
(Ver Macuilxochitl).
XOCHITONAL
Caimán del reino de los muertos. Debe ser vencido por el espíritu del muerto que va a en-
contrarse con el Señor de los muertos.
XOCHIQUETZAL
Su nombre significa "pájaro flor" o "flor bella", y es la diosa de las flores. Es una diosa
relacionada con la fertilidad de la naturaleza y quizás por ello se le representa como hija
de Centeotl. Su esposo era Ixotecutli, el dios de la libertad.
XOLOTL
Es el dios azteca de las venganzas. Es un doble dios, monstruo, representa tanto el fuego
que cae del cielo como la luz ascendente de las llamas. Es parecido a Nanahuatl y aparece
como el representante del sacrificio humano. Sufrió diversas metamorfosis y acabó muerto
bajo la forma de un pez llamado "axolotl". Se le representaba como un esqueleto.
YACATECULTI
Yacatecutli era el patrón de los viajeros de la clase mercantil, que lo adoraban colocando
sus bastones juntos y salpicando con un montón de sangre de sus narices y orejas. El bastón
del viajero era su símbolo, al que se le hacía una oración y se le ofrecían flores e in-
cienso.
YOHUALTECUHTLI
Yohualtecuhtli era la diosa azteca de la noche, y protegía el sueño de los niños.
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