lunes, 27 de octubre de 2008

2 de Noviembre día de muertos

En todo México el primero y el dos de noviembre asisten a los panteones millones de personas que van a saludar a sus difuntos.

La cultura de un pueblo está basada en sus costumbres y tradiciones, la tradición del día de muertos representa una actitud específicamente mexicana ante la muerte, este día 2 de Noviembre "Día de los Difuntos", es un día consagrado a los muertos queridos.

El día de muertos es una tradición que nos han heredado los antiguos mexicanos, y es eminentemente mexicana.

Es extraña y muy característica, la idea, todavía arraigada entre una gran mayoría de mexicanos, de que en el más allá se da licencia a los difuntos para visitar a sus parientes que se han quedado en la tierra, un huésped ilustre, a quien se ha de festejar y agasajar en la forma más atenta.

Dentro de las costumbres Aztecas, al fallecer una persona, le doblaban las piernas en actitud de sentado, afirmaban brazos y piernas atándolos firmemente, en un lienzo acabado de tejer ponían el cuerpo al cual le ponían en la boca una bella pieza de jade que era el símbolo de su corazón, y tendría que darlo a los dioses en su camino a Mictlán, la residencia de los muertos, enseguida cosían el lienzo con el cadáver dentro y ataban encima un petate.

En una gran plaza alejada de propósito, preparaban una pira funeraria y situaban encima el cadáver rodeado de las cosas que poseyera en vida: su escudo, espada, etc.

La viuda, la hermana o la madre preparaba tortillas, frijoles y bebidas.

Un sacerdote debía comprobar que no le faltara nada y al fin prendían fuego y mientras las llamas ardían, los familiares sentados aguardaban el fin, llorando y entonando tristes canciones.

Las cenizas eran puestas en una urna junto con el jade.

Los Aztecas creían ser inmortales y la muerte no era más que una forma nueva de vida.

En el mundo Azteca del más allá había 13 cielos y 9 infiernos.

Cada uno de los que morían iban a dar según la ocupación que hubiera tenido en vida, todos tenían un más allá de acuerdo con lo que hicieron.

Los no clasificados o que morían de muerte natural, iban a Mictlán y sus almas erraban por altas montañas, sufriendo frío y calor hasta alcanzar la mansión del señor de la muerte.

En el Mictlán había dos dioses de la muerte: el señor Mictlantecuhtli y la señora Mictecacihuatl.

Cuando las almas llegaban al séptimo infierno, como prenda de buena conducta debía dejar la pieza de jade que los vivos habían puesto en su boca.

Al terminar el viaje, quedaban situados en el noveno infierno.

EL ALTAR DE MUERTOS
OFRENDA

En la época precolombina, se conocía el altar de muertos con el nombre de TZOMPAMTLI celebraban este día a la diosa COATLICUE (la madre de los dioses), la diosa que todo lo hace y lo deshace.

Colocaban un altar en forma de pirámide el cual era cubierto con papel teñido de diferentes colores, en la primera parte de este, colocaban una imagen de ella y en el segundo nivel; comida, flores, y velas acompañadas con un inciensiario (copal).

En el tercer nivel; velas y flores en el piso, sé hacia un camino de follaje, el cual se adornaba con flores y velas en las orillas.

Con la llegada de los españoles, llega el cristianismo, esta doctrina señala al individuo como un ser integrado de cuerpo y alma, por lo que los altares u ofrendad sufren alimentos de esta nueva religión cómo: santos, Cristo, cruces y algunas frutas que no existían en América.

Ahora el altar es una combinación de la cultura Mexicana con la europea.

Actualmente los tres niveles del altas representan a las tres divinas personas (padre, Hijo, y Espíritu santo).

La fotografía o nombre que preside el altar es del difunto venerado, las velas significan los siete pecados capitales y las veladoras son para guiar al difunto a su destino.

La flor de cempazuchil es la tradicional flor de muertos, su color es amarillo, denota la fuerza de la luz del sol.

Las naranjas o las frutas con banderas significan la libertad que la muerte da.

En el ultimo nivel es colocado un aguamanil con agua, un pedazo de jabón y toalla, los cuales servirán para que el difunto se lave las manos antes de comer así como un espejo para que se refleje.

También se reflejan platillos y objetos personales que fueron los favoritos del difunto, los cuales, se cree que llevará a su viaje, todo esto es dedicado a él, en un momento de nada, por lo que se coloca una cruz de ceniza en el último nivel.

El color morado se usa en señal de duelo; el camino de follaje es para que el alma del difunto pase por ahí; las velas para que iluminen el lugar; y el copal para alejar a los malos espíritus.

El primero de noviembre se llama día de los angelitos, la creencia es que ese día (día de todos los santos), regresan a las casas donde vivieron las almas de los niños muertos y al día siguiente regresan las almas de los adultos, el tres de noviembre, los familiares se comen toda la comida y cantan el alabado. Se quita el altar.

PARTES QUE DEBE TENER UN ALTAR DE MUERTOS

  • Papel picado de color morado (luto cristiano)
  • Papel picado de color naranja (luto azteca)
  • Flores de cempazuchil (del nahuatl: cempoalxochitl = flor de 20 o más pétalos.
  • Cuatro velas que indican los cuatro puntos cardinales
  • Incienso para alejar a los malos espíritus y para purificar el ambiente.
  • Cruz de ceniza para purificar el espíritu del muerto.
  • Jarra de agua para cuando llegue fatigado del camino.
  • Recipiente para labarese las manos y toalla.
  • Foto del difunto.
  • Comida que le gusta al muerto
  • Pertenencias queridas del muerto.
  • Tequila, agua o la bebida preferida del muerto.
  • Cuatro banderas de papel picado metidas en naranjas
  • Pan de muerto y fruta.
  • Calaveras
  • Un espejo para que se refleje.

En la ceremonia de la ofrenda a los difuntos, en el cementerio de la isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro, del estado de Michoacán, México , la tradición del "Día de Muertos" se ha conservado en todo su vigor.

A las 6 de la tarde del día 1° de Noviembre, de cada año, comienza a oírse el toque de muertos, y con intervalos de medio minuto la campana sigue doblando hasta la madrugada.

Poco antes de la media noche las familias de la isla sales de sus casas rumbo al cementerio de la cercana ciudad de Pátzcuaro las personas se dirigen a la isla en sus canoas que semejan mariposas y que a la luz de miles de velas se antoja como un cuento. Los hombres embozados en sus sarapes, la mujeres ataviadas con sus mejores ropas y joyas más vistosas.

Para iluminar el camino cada grupo prende velas, la isla adquiere un aspecto fantástico, como millares de lucecitas, masas de sombras caminantes y el lento e interminable doblar de las campanas.

Los grupos se dirigen a las tumbas de sus familiares, las adornan con guirnaldas de flores, colocan ahí las bateas (charolas de madera) y los platones cargados de comida y frutas y prenden todas las velas que les sea posible.

A la media noche las mujeres se arrodillan ante las tumbas, los hombre entonan fúnebres alabanzas a los muertos, de cuando en cuando las mujeres desfloran flores de cempazúchitl llevadas especialmente para ese objeto y riegan los pétalos sobre las tumbas. Así transcurren las horas hasta el amanecer.

Junto al cementerio, en el atrio de la parroquia se celebra una ceremonia, en ese lugar se reúnen las familias que no tienen muertos o cuyos deudos tienen más de tres años de enterrados.

No llevan ramos ni flores, solamente velas y sus bateas con ofrendas, así permanecen mudos a lo largo de toda la noche.

Esta costumbre tiene su concepción desde la época prehispánica según la cual el muerto tenía que hacer un largo viaje que duraría tres años para llegar a Mictlán, lugar donde se establecería para siempre, por ese motivo consideran que al llegar el difunto al final de su viaje, ya no necesita que lo velen en el camposanto y solamente rezan por ellos en la iglesia.

Mixquic, D.F., pertenece a la Delegación de Tláhuac, al sureste del Distrito Federal, próximo al límite con el estado de México.

Su cima es templado con lluvias en verano y principios del Otoño, a orillas de una pequeña laguna en las que hay chinampas sembradas con plantas de hortalizas y flores.

Dista 43.5Kms. de la ciudad de México, en el camino que conduce de Xochimilco a Chalco, México.

La fiesta de Difuntos de San Andrés Mixquic, tiene sabor a calavera de azúcar perfumada con flores de cempazuchitl y alumbrada con miles de velas que iluminan las tumbas del campo santo.

Uno de los más grandes hallazgos arqueológicos realizados en Mixquic es la dios Mauxtli, que se encuentra en la iglesia del poblado, esta deidad era representada con cráneos humanos y simbolizaba la muerte.

Varios días antes de la fiesta de muertos, los lugareños comienzan a preparar la ofrenda familiar que consiste en fruta, pan de muerto y diversos platillos como el molde, que son colocados en una mesa decorada con flores de cempazúchitl.

El día 1! De Noviembre cuando llegan a Mixaquic, los muertos de visita, se encienden miles de cirios y veladoras.

Cuentan que las ánimas llegan al pueblo formadas en fila y conforme pasa por las casas, se separan del grupo para entrar a saludar a sus deudos, por eso todas las puertas de las casas se abren desde el mediodía hasta bien entrada la noche.

En esa ocasión los visitantes pueden entrar y salir de las asas en donde se exhiben hermosas ofrendas.

A la mañana siguiente hombre, mujeres y niños llegan al atrio de la iglesia de San Andrés con cubetas y atados de flores, barren y riegan las tumbas de sus familiares y al terminar esperan la llegada del párroco para que imparta la bendición a los presentes y las tumbas.

A las 4 de la tarde del día 2 de Noviembre tañen las campanas y los lugareños se dirigen al camposanto llevando ofrendas nuevamente, y los rezos se repiten como en un murmullo seguido de cantos.

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